martes, 16 de marzo de 2010

Tiempos finales

Hermanos míos…

¿Qué podemos decir hoy en día, de que hablar hoy en día?, ¿de la fiesta de anoche? ¿de con cuantas mujeres u hombres estuviste? ¿de tus negocios?

¿Por qué hoy en día hablar de Dios es vergüenza?, ¿estupidez?





Hermanos hoy en día hablar de Dios es hablar verdad, es obvio que si hablas verdad en un mundo regido por la mentira, te desplazarán y discriminarán.

Es hermoso disfrutar del mundo, ¿pero sabemos hasta qué punto llegar? ¿Cómo saber cuáles son nuestros límites? ¿Dónde está la línea que nos dice “esto desagrada a Dios”?

Para eso hermanos míos tenemos los 10 mandamientos, ley perfecta que no sólo busca agradar a Dios, sino que también busca nuestro propio bien, nuestra salud espiritual, nuestro buen pasar por esta corriente de vida.


Cada vez nos acercamos más y más al fin de esta realidad como la conocemos, cada día que pasa recibimos diferentes pruebas de la saturación de nuestro hogar en el universo.

Nada que se conforme de materia es eterno, todo tiene un principio y un fin, es precisamente eso lo que Dios trata de decirnos por medio de sus señales y las escrituras, más de tres mil años ahí y aún así no se creó la conciencia de cuidar y amar el regalo divino, mucho menos lo lograremos en el poco tiempo que queda, sólo nos resta esperar la venida de nuestro señor, pero no es suficiente esperar sentado y cruzado de brazos, debemos hacer su obra, hermano si tú estás leyendo esto ahora, aprovecha tu inteligencia y acércate a Dios, porque muy pronto ya no habrá más señales ni consejos y advertencias ni preocupaciones… sólo se sentirá la calma antes de la tormenta y para entonces será demasiado tarde…

Lean la biblia, acérquense a sus pastores e iglesias, si no los tienen, busquen, oren, ayuden, sigan la verdad de Dios en su plenitud, si erran pidan perdón, si le aciertan alégrense y agradezcan a Dios por el camino y la nueva oportunidad brindada… hermanos Dios no le cierra la puerta en la cara a ninguno de sus hijos arrepentidos de corazón.

No crean que porque en su juventud obraron mal, están ante un Dios rencoroso y castigador, no piensen como los hombres, sino cómo lo hace Dios. Bien lo supo moisés que incluso después de haber asesinado a un egipcio, recibió el amor de Dios y su confianza, tanto así que llegó a ser pastor de todo Israel.


Hermanos, no crean que el que les habla está libre de pecado y que es un santo, yo mismo he pasado por momentos de mucha tristeza por mis equivocaciones y he visto la misericordia de Dios y su infinito amor, como así también su mano fuerte de padre educador.

Esperando que esta pequeña reflexión les haya sido de provecho, les saludo con un fuerte abrazo en el amor de nuestro señor y les dejo este videito para nuestras conciencias y nuestra sabiduría...






La paz sea con todos ustedes ...